Está claro que al mundo le falta mucho para convertirse en un lugar ideal. Los conflictos bélicos, las personas que viven por debajo de la línea de la pobreza y, entre otros ejemplos, las desigualdades que se pronuncian entre los que más y menos tienen, sirven como una pequeña muestra para corroborarlo. No obstante, al mismo tiempo se produjo un aumento en el promedio de esperanza de vida y también mejoró la calidad. Una tendencia que suena alentadora, pero que podría ser contraproducente si no se contempla el cuidado de la salud como una herramienta fundamental para engrosar los porcentajes positivos de las estadísticas. En ese sentido, quizás engañe ver sociedades que aparentan ser más juveniles que en otros tiempos. Si bien es cierto que una persona de 40 actual parece el hijo de una símil de un siglo atrás, el tiempo sigue pasando para el cuerpo y es preciso dedicarle su debida atención. De hecho, tras llegar a las cuatro décadas aparecen riesgos vinculados con hábitos poco saludables y factores hereditarios. La prevención, el control y cambios en el estilo de vida son fundamentales para evitar problemas futuros.
Los nuevos riesgos
“La salud es un bien de un valor incalculable, por lo cual, su cuidado debe iniciarse lo más temprano posible instaurándose hábitos saludables.”, explica el Dr Marcelo Serra, médico Internista y coordinador clínico de la Unidad VHL del Hospital Italiano de Buenos Aires. Y agrega: ” Sin embargo, luego de los 40, debe tenerse en cuenta que se incrementan algunos riesgos que van de la mano del estilo de vida y herencia. No todos somos iguales, pero por diferentes motivos biológicos se incrementan las disfunciones articulares, aumenta la frecuencia de hipertensión arterial y de infarto de miocardio; en general ligado a los factores de riesgo cardiovasculares como tabaquismo, sedentarismo, hipertensión, colesterol elevado, estrés, obesidad y diabetes”.
¿Cómo prevenir?
Se recomienda la consulta clínica anual o cada dos años, tiempo que dependerá de si existe alguna patología preexistente. Serra aconseja un chequeo de los niveles de colesterol, glucemia, presión arterial, peso corporal, perímetro de la cintura y HIV. Asimismo, se debe controlar la presión arterial, el peso, los lunares, un examen físico completo acompañado de un laboratorio. “El examen cardiovascular será especialmente importante en quienes comenzaran una actividad deportiva nueva o presenten factores de riesgo. En caso de existir otros síntomas, como urinarios o digestivos, se profundizará según el caso. Luego de los 50, ya se recomienda el rastreo de cáncer de colon y -aunque existe controversia- es prudente prestar atención a la patología prostática”, precisa Serra.
Los hábitos saludables
La actividad física es fundamental para mantenerse sano. “No debe dejar nunca de fomentarse; puntualmente la actividad aeróbica, de intensidad creciente y de una frecuencia no menor a 3 veces semanales. Las caminatas ágiles y rutinarias de al menos 40 minutos suelen ser también muy útiles”, recomienda el Dr. Marcelo Serra. Antes de iniciar una rutina deportiva es recomendable realizar una evaluación cardiológica en la que no estaría mal incluir un examen de potencia aeróbica (cuánto se puede correr de una manera moderada sin llegar a un límite crítico), una antropometría y medir la fuerza muscular en todas sus variantes.
Los hábitos alimenticios también debe formar parte de una vida sana. “Una dieta recomendable debe incluir una cantidad suficiente de fibra, vegetales, cereales, legumbres, frutas, pescado, carnes magras de vaca, cerdo o aves y de a poco dejar de lado los productos de panaderías y kioscos. Deben evitarse las gaseosas no light, el alcohol en exceso y si existiera el hábito tabaquismo es tiempo de dejarlo definitivamente”, concluye Serra.
Fuente: Conexionbrando
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