domingo, 26 de julio de 2015

La calle es más dura para los ellos


Unos 7.200 adultos mayores viven en la indigencia en todo el país. Programa estatal busca rescatarlos pero su cobertura es aún insuficiente.

Cartones. Soledad entre el gentío. Hambre. Duro asfalto. Indiferencia del transeúnte. Frías madrugadas. Sobrevivir sin ilusión de futuro caracteriza la realidad de al menos 7.200 personas de 60 a más años que viven en las calles del país, según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables

A la luz de esta estimación del INEI, el sector impulsa el programa Vida Digna, que rescata a adultos mayores que viven en la vía pública. Así lo explica Pilar Cerrón, coordinadora de Prestaciones Sociales del programa que funciona hace dos años y brinda a 457 personas techo, comida y cuidados en albergues o centros de atención residencial. Vida Digna apunta a llegar a 550 beneficiarios este año.

“Antes pasaba frío en la calle. No tenía con qué taparme”, dice Luis Dorregaray Melgarejo, de 82 años, quien hace un año es beneficiario de Vida Digna y Vive en el albergue La Casa del Edén, en Chosica.

Entrevista a Martha Marlene Moquillaza Risco Directora Ejecutiva del Programa Nacional Vida Digna

No es fácil retirar de la vía pública a los adultos mayores que viven allí. Así lo explica la jefa del Programa Vida Digan.

- ¿Cuanto tiempo toma convencer a un beneficiario?

Entrar a Vida Digna es voluntario. Los adultos mayores de la calle desconfían. Convencerlos y sacarlos de la calle demora casi seis meses. La captación se hace de noche.

- ¿ Cuantos albergues tienen?

Para hospedaje nocturno, cena y desayuno, tenemos ocho, que albergan a 104 personas. Para residencia permanente tenemos dos, que acogen a 353. La gran mayoría está en Lima. Para el 2016 abriremos otros tres locales de 50 camas cada uno.

- ¿ Quienes califican?

Los mayores de 60 años de la calle, desvinculados social y familiarmente y que no integran otro programa social.

- ¿ Todos ellos son pobres?

Es relativo. Una de nuestras beneficiarias tenía buena posición económica, pero la ludopatía la llevo a la indigencia. Para nosotros, pobreza es la carencia de recursos para satisfacer necesidades, y vulnerabilidad es la suma de la exposición a riesgos, la incapacidad para enfrentarlos y la falta de adaptación.

- La brecha por atender es grande aún.

Sí, Además de darles cobijo, la meta es restituir los derechos de los beneficiarios. Ya sumamos 5.742 atenciones de ese tipo: habilitando DNI, SIS y otros derechos. Asimismo, ya estamos en Huánuco, Arequipa, Huaraz, Tacna e Ica, pero aún de manera mínima. Aumente la población de tercera edad, aumenta los adultos mayores en calle. Por eso, más allá del gobierno de turno, este programa debe ser una política de Estado.

Fuente: Diario El Comercio edición impresa viernes 24 de julio de 2015
Nota y Entrevista: Luis Silva 

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