En 2014, las ventas de pañales para adultos superaron a las de los pañales para bebés en Japón, un hecho que pone de relieve que el país va a la cabeza en lo referente al envejecimiento poblacional y la caída de la natalidad. Además, las consecuencias del descenso poblacional son cada vez más patentes en aspectos como los costes de la seguridad social. Entre tanto, las naciones emergentes, que también se enfrentan a estos fenómenos, observan la experiencia nipona, y hay quienes se plantean cómo aprovecharla.
El superenvejecimiento de la población sitúa a Japón en territorio inexplorado
El 1 de abril de 2015 fallecía en Osaka a los 117 años de edad la persona más anciana del mundo, la japonesa Ōkawa Misao. Su muerte dio pie a que los medios de comunicación de Europa y Norteamérica volvieran a hablar de Japón como sociedad superenvejecida. Tras el fallecimiento de Ōkawa, el número de personas nacidas en el siglo XIX que siguen con vida es de apenas cuatro.
Según el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, a fecha de septiembre de 2014, el número de ancianos mayores de 100 años en el país se situaba en 58.820, 4.482 personas más que en el año anterior y casi la misma cifra que el aforo del famoso estadio de béisbol Tokyo Dome. De ellos, el 87,1 % son mujeres.
Según las estadísticas de Naciones Unidas, en 2012 el número de personas mayores de 100 años en todo el mundo ascendía a 316.600. Los avances en la medicina y la consecuente mejora de la salud de las personas son el principal factor de una mayor esperanza de vida, de ahí que la población esté envejeciendo a nivel mundial. En la actualidad, la edad media de los habitantes de Japón se sitúa en 45 años, pero se espera que para 2025 supere los 50, algo que también pone de relieve el envejecimiento de la sociedad.
En lo que respecta a la proporción de personas mayores de 100 años en la población total, Japón ocupa el primer lugar en el mundo, con 42,76 personas por cada 100.000 habitantes; le sigue Francia, con 36,5, si bien la diferencia entre ambos países es notable. Incluso si la comparación se realiza a partir de números absolutos, Japón conserva el máximo puesto, aunque en este caso en el segundo nos encontramos con Estados Unidos, donde, según datos de 2010, residen 53.364 personas mayores de 100 años.
Los ancianos de más de 100 años en todo el mundo
(El cuadro fue elaborado a partir de las estadísticas de Naciones Unidas y de datos de cada país)
En 1963, año en que se comenzó a realizar estudios al respecto, el número de japoneses mayores de 100 años era de 153 personas. Varias décadas más tarde, en 1998, superó las 10.000; en 2012, las 50.000, con un ritmo de aumento de entre 3.000 y 4.000 personas por año.(El cuadro fue elaborado a partir de las estadísticas de Naciones Unidas y de datos de cada país)
El Grupo de Investigación sobre Gerontología, una entidad estadounidense, prevé que para 2050 el número de ancianos mayores de 100 años en Japón llegue hasta las 700.000 personas, mientras que en Estados Unidos la cifra alcanzaría las 400.000.
El envejecimiento poblacional en los países emergentes podría superar al de Japón
La población mundial aumentó como consecuencia de la Revolución Industrial, acaecida en la segunda mitad del siglo XVIII. En 1950, el número de habitantes del planeta era de 2.600 millones, cifra que en 2011 ascendió hasta los 7.000 millones; el Fondo de Población de las Naciones Unidas estima que el dato llegará hasta los 9.300 millones en 2050. La población no cesa de aumentar, al tiempo que sigue avanzando el envejecimiento poblacional a escala mundial. Se cree que el índice de envejecimiento, que en 2010 era del 7,6 %, llegará hasta el 18,3 % en 2060.
En este contexto, ahora que Japón es la primera nación superenvejecida del mundo, se observa que tanto el resto de países desarrollados como las principales naciones emergentes están envejeciendo a un ritmo acelerado. En Asia destaca el caso de Corea del Sur, donde se espera que para 2060 el índice de envejecimiento, que en 2005 era del 9,3 %, ascienda hasta el 33,6 %; de ser así, este país podría superar a Japón. En Tailandia, Vietnam y China, se estima que la sociedad va a envejecer también de forma rápida. Si las sociedades envejecen sin que sus economías se desarrollen lo suficiente, se ven obligadas a enfrentarse a problemas como las pensiones, la asistencia sanitaria y los cuidados con muy poco tiempo de preparación; se trata de una situación sin precedentes en los países desarrollados.
Entre tanto, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA por sus siglas en inglés) prevé que Tailandia se convierta en una sociedad envejecida en 2024 como muy pronto, y ha comenzado a cooperar con las autoridades locales para suministrar las tecnologías necesarias a la hora de hacer frente a este fenómeno.
En este país, donde el poder de las comunidades es todavía importante, se está aprovechando este hecho al máximo, y prueba de ello es un proyecto de cuatro años de duración gracias al cual se ha diseñado un modelo de cuidados médicos y asistencia para la tercera edad en las comunidades. Bajo esta iniciativa, se aprovecha el potencial de un millón de voluntarios comunitarios en cuestiones de salud que se encuentran repartidos por toda la geografía tailandesa, entre otros, y se han unificado los servicios en el campo de los cuidados y la atención médica a las personas mayores, que antaño se organizaban de forma vertical; se ha diseñado un modelo para realizar esta labor eficazmente. Además, desde 2013 se está llevando a cabo otro proyecto, en este caso para cooperar en lo referente a las tecnologías dirigidas a la tercera edad, con una duración prevista de cinco años.
El continuado descenso de la natalidad
Según el Ministerio del Interior y de Comunicaciones de Japón, la cifra de niños menores de 15 años en el país era de 16.170.000 a 1 de abril de 2015, 160.000 menos que en el año anterior; se trata de la cifra más baja desde 1950, año en que comenzaron a realizarse estas estadísticas. Los datos ponen de relieve más de tres décadas consecutivas de caída y evidencian que no se ha puesto freno al descenso de la tasa de nacimientos. En lo que respecta a la proporción de la población total, representa un 12,7 %, esto es, 41 años consecutivos de disminución.
Al realizar una comparación entre las principales naciones cuyo número total de habitantes supera los 40 millones, Japón, con su 12,7 %, es el país con la menor proporción de niños. Estados Unidos registra un 19,3 %; el Reino Unido, un 17,6 %; China, un 16,5 %; Corea del Sur, un 14,4 %; y Alemania, un 13,1 %.
Comparación entre países de la proporción de niños en la población total
(Elaborado a partir de estadísticas del Ministerio del Interior y de Comunicaciones)
Muchos problemas adyacentes además de la seguridad social
Japón, una sociedad superenvejecida en la que la natalidad no deja de caer, se enfrenta al descenso de su población. Según la edición de 2014 del Libro blanco sobre la sociedad envejecida, el número total de habitantes descenderá hasta los 100 millones en 2050; una década después, podría situarse por debajo de los 90 millones.
En la actualidad, el país continúa sufriendo un descenso de su población en edad de trabajar: la proporción de personas mayores de 65 años por cada 100 habitantes en edad de trabajar es de 42, una cifra que a comienzos de 2023 podría aumentar hasta 50. En lo que respecta a la seguridad social, nos estamos acercando a una época en la que por cada jubilado solo haya dos trabajadores para hacerse cargo de su pensión.
La población total de Japón comenzó a descender en 2005; al parecer, las primeras víctimas de este fenómeno serán las provincias, de por sí debilitadas. En este contexto, será necesario replantearse muchas obras públicas, dado que los Gobiernos locales las planean basándose en predicciones no muy estrictas de la demanda de carreteras, aeropuertos, viviendas y energías, entre otras infraestructuras y servicios.
Es muy probable, pues, que se produzca una ‘guerra’ entre los ayuntamientos para conseguir más habitantes. Por otra parte, la capacidad de las familias para cuidar de sus ancianos se verá reducida. Como se puede observar, la lista de problemas adyacentes es interminable. El descenso poblacional, que llega de la mano del continuo envejecimiento de la población y la baja natalidad, está relacionado con el declive de la vitalidad de la sociedad. Este es uno de los mayores retos a los que se enfrenta Japón en el siglo XXI; hay que tomar medidas al respecto a la brevedad posible.
(Traducción al español del original escrito en japonés por Murakami Naohisa, de la redacción de nippon.com)