jueves, 10 de diciembre de 2015

El aumento de la temperatura y el Adulto Mayor

En estas épocas de calor, hay que tener mucho cuidado con los adultos mayores, pues el aumento de la temperatura ambiente puede traer nefastas consecuencias para su salud.

El aumento de la temperatura ambiente está causando estragos en la población en general,  pero en los adultos mayores, este tema puede resultar aún más complicado para su salud y su bienestar. “El riesgo de enfermedades potencialmente letales relacionadas con el calor puede aumentar con una combinación de unas temperaturas altas, ciertos factores del estilo de vida y la salud general”, según un estudio en el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos publicado recientemente en el portal médico Medline Plus.

Según el estudio, los factores que pueden empeorar los síntomas y enfermedades relacionadas con el calor en el adulto mayor son:

  • No beber suficiente líquido durante el día.
  • No ponerse la ropa adecuada.
  • No tener aire acondicionado.
  • Permanecer en lugares hacinados.

Para evitar que el calor deteriore la salud de las personas mayores, el estudio sugiere que: “las personas mayores y las que tienen problemas crónicos de salud deben permanecer bajo techo y en lugares más frescos. Los que no tengan aire acondicionado deben ir a lugares que tengan aire acondicionado, como los centros de mayores, los centros comerciales, los cines, las bibliotecas o los centros comunitarios para refrescarse”.


El peso y el abuso de alcohol, fundamentales

Una persona con exceso o bajo peso, o que tome alcohol sin el control adecuado, puede sufrir las consecuencias a las enfermedades causadas por el calor “Si usa alcohol, o tiene un peso sustancialmente excesivo o insuficiente, es más susceptible a las enfermedades inducidas por el calor. Las enfermedades del corazón, los pulmones y los riñones, y los cambios en la piel relacionados con la edad, como una circulación mala y no tener suficientes glándulas sudoríparas, también hacen que las personas sean más vulnerables a las temperaturas altas”.

Recomendaciones para controlar el calor

Hidratarse: para favorecer el sudor que genera una capa de aislamiento externo y que nos ayuda a mantener una temperatura corporal estable. Si hay demasiada sudoración se pierden minerales y por lo tanto es recomendable tomar sales de rehidratación oral para reemplazarlas.

Bajar la temperatura por medios físicos: bañarse con agua fría o tibia, mojarse manos, cuello y antebrazos o utilizar paños de agua para lograr la disminución de la temperatura sin que haya demasiado esfuerzo metabólico.

Vestirse adecuadamente: utilizar ropa fresca o térmica y si hace demasiado frío vestirse de “capas” que puedan retirarse fácilmente si la temperatura aumenta.

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