lunes, 7 de diciembre de 2015

Bebidas y envejecimiento

Mucho se ha dicho sobre diferentes sustancias que ingerimos en forma cotidiana y su impacto en la salud.

Por ejemplo el café utilizado frecuentemente para estudiar excita y puede aumentar la frecuencia cardíaca en grandes cantidades puede sin embargo mejorar algunos otras cuestiones.

El té que históricamente es utilizado para la mejoría patologías gastrointestinales actualmente ha sido propuesto para múltiples acciones beneficiosas pero muchas de ellas todavía sin mucho basamento científico comprobado.

El alcohol que genera una serie de dificultades neurológicas (atrofia cerebral frontal y del cerebelo cuando es utilizado en grandes dosis) sin embargo ha sido propuesto, cuando es tinto, como preventivo de patologías cardiovasculares si es consumido en forma moderada.

Estas infusiones son algunas de la más frecuentemente tomadas por la población mundial; de ahí lo interesante de los estudios que investigan estas sustancias y las modificaciones que producen en la salud. Siendo por demás interesantes, pero además pudiendo tener un gran impacto en la salud poblacional en el caso de que algún dato sea efectivo.

Se han presentado varios trabajos en los últimos años relacionados con el café y con el té que han mostrado interesantes resultados con respecto a su respuesta en la reducción de casos de Parkinson y Alzheimer. Así es que en un trabajo presentado en PLOS ONE el año pasado, se mostró una disminución de los casos de Parkinson y de Alzheimer en una población estudiada de 250.000 personas (que es un número muy importante para un estudio). El café, por lejos, mostró mucha mayor eficacia que el té en este punto.

En otro trabajo en una de las revistas más prestigiosas y de mayor impacto en los temas de envejecimiento cerebral, como la Neurobiology of Aging, se mostró un estudio con una sustancia contenida en el café llamada Eicosanoil - hidroxitriptamida que protegió (disminuyó el desarrollo de la enfermedad) a ratas mutadas para Alzheimer, así como también a las de Parkinson. Asignándosele fundamentalmente un valor de protección cerebral para estas enfermedades.

Este estudio mostraba que además de generar una disminución de casos se generaba una mejoría de las sustancias patológicas depositadas en los cerebros de animales mutados para estas patológicas.

Esto podría hacer pensar en una mejoraría de la evolución de estas enfermedades o más aún generar fármacos que tengan componentes similares al que tiene el café.

El trabajo de PLOS ONE mostró además, algo muy importante, que es la disminución de otra enfermedad relacionada con la edad y que aumenta en la vejez que es la depresión.

Este problema además de ser una patología muy importante, se asocian a deterioro cognitivos, ya sea por la misma depresión o desencadenando patología degenerativa como la enfermedad de Alzheimer.

Un hecho agregado muestra que los consumidores de bebidas light presentaban un riesgo aumentado de 30 por ciento para desarrollar depresión.

En cuanto al vino varios son los trabajos que sustentan al vino tinto, que tendría sustancias que protegen contra la formación de la placas amiloideas (seniles) patológicas en el Alzheimer.

David Teplow, profesor de Neurología en UCLA y Dr. Giulio Pasinetti en el del Mt. Sinaí, de New York demostraron como los compuestos naturales en el vino tinto, llamados polifenoles, bloquean la formación de proteínas que forman estas placas seniles, generando una prevención de las mismas.

Sin embargo es muy importante aclarar que sólo se ha demostrado esto con el vino tinto y con tomas muy moderadas. Esto no pasa con otros vinos u otras bebidas alcohólicas, sino por el contrario, el alcoholismo es un factor de riesgo para desarrollar una trastorno cognitivo.

Estas sustancias al ser muy difundidas a nivel mundial son un punto de alto interés en personas de riesgo, dado que tanto el Alzheimer como el Parkinson y la Depresión son patologías muy comunes pero multifactoriales, es decir que interviene cierta predisposición genética pero fundamentalmente múltiples factores ambientales, entre lo que se encuentran los alimentarios.

Se trabaja en descubrir variables que influyen en estos problemas y entonces ser susceptibles de intervenciones a través de factores como los alimentarios.

Fuente: Mayores Saludables

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